ENTREVISTA 33: GREGORIO BENÍTEZ RAMOS imageENTREVISTA 33: GREGORIO BENÍTEZ RAMOS imageENTREVISTA 33: GREGORIO BENÍTEZ RAMOS image
Cuando nos acercábamos al lugar convenido, donde deberíamos efectuarle la entrevista, nuestro hombre estaba muy tranquilo; y así permaneció inclusive después de que intuyó nuestra presencia. En su semblante sereno solo se le vislumbró una breve y cauta sonrisa de bienvenida, porque nuestro protagonista siempre fue un hombre tranquilo, pero con una única excepción. Que no tenga calzadas las zapatillas de correr, ya que con ellas en los pies la cosa cambia y bastante. Entonces saca a relucir toda su raza indomable; esa casta que heredó de sus ancestros majoreros, hombres y mujeres acostumbrados, como él, a capear temporales y a superar las dificultades cuando estas se presentaban en su tierra árida y seca, pero también mágica y agradecida. “¡Quién corre 10, corre 20!”, suele proclamar a los cuatro vientos con una frase de su autoría que ya es como un auto de fe dentro del club. Se utiliza para animar a los más temerosos o cuando surgen las dudas. ¡Y siempre funciona!… Con estos antecedentes, entrevistemos pues a esta tranquila y buena persona, pero que cuando la ocasión lo requiere se transforma en un corredor aún más recio y duro que las rocas marinas del litoral por donde durante años navegó su querido padre.
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1) Gregorio, es un honor entrevistar al primer majorero (nacido en Fuerteventura) que accede a esta sección. Aclaro el sitio de nacimiento porque como ya sabes, dicen algunos que un majorero es tan especial que puede nacer donde le dé la gana. ¡Qué no siempre van a ser solo los de Bilbao ¿no?! Bromas aparte, ¿qué se siente cuando se corre por un equipo de la tierra y que encima lleva en su escudo algo tan nuestro como la cabra majorera?
-Antonio, antes que nada quiero agradecerte por lo que estás consiguiendo con estas entrevistas. Logras que todos los socios opinemos sobre temas muy variados, y no solo deportivos, o que simplemente recordemos vivencias o anécdotas de todos estos años que llevamos juntos y las compartamos con los demás. Yo recuerdo que empecé corriendo muy poco a poco y con bastante dificultad. Al principio no aguantaba casi nada, no podía correr seguido mucho tiempo y tenía que pararme a cada rato. Salir de Puerto para llegar al Parador y volver después, me suponía un esfuerzo enorme. Cuatro escasos kilómetros que entonces se hacían muy largos. Y la pequeña cuestita del Parador era tan infranqueable corriendo que la mayoría de las veces la tuve que subir caminando. Pero nunca me di por vencido y ahí seguí con constancia, y con el tiempo y con mucho esfuerzo fui mejorando hasta ir aumentando mi capacidad y también los kilómetros recorridos. Las distancias que soportaba se fueron ampliando y, fíjate tú, el día menos pensado me vi corriendo una maratón. ¡Algo impensable y que jamás podría haber imaginado ni en mis mejores sueños! De los 90 kilos de mis inicios bajé hasta los 78 que es mi peso ideal y el que tengo en la actualidad. Noto que practicar deporte con regularidad me ha dado bienestar y también salud. Y eso es un orgullo enorme, sobre todo por haberlo conseguido en un club de mi tierra; un club humilde, pero muy especial. Por eso lo vivo intensamente y me siento enormemente identificado con el Trotadunas, mi club y mi familia deportiva la que he visto crecer conmigo y con mis cambios. Y es un orgullo pasear por el mundo la cabra de nuestro escudo que, como muy bien dices, es algo muy nuestro y que forma parte de la cultura y del paisaje majorero. Como también lo somos ya los trotadunas...
2) Cuando publiqué el orden de las entrevistas para el mes de enero, inmediatamente alguien me recordó que debería preguntarte sobre el secreto de tu eterna juventud deportiva ¿Está en el gofio, la leche de cabra que mamaste en la infancia, en ambas, o hay algo más?
-Yo creo que en ambas, ya que por aquel entonces eran tiempos de escasez y ese era nuestro alimento básico. Y bastante bueno que era, tanto que hasta en la actualidad aún lo recomiendan. De pequeño viví durante dos años en La Lajita, y te parecerá una broma, pero recuerdo que entonces ordeñábamos una vaca y según salía la leche tibia íbamos echándole el gofio y lo comíamos. No hacía falta ni calentarla, “gofio ordeñado”, le llamábamos. Pues sí, quizá eso nos hizo ser duros y resistentes a los majoreros. Tiempos de carestías, pero que recuerdo con mucho cariño, a pesar de todo…
3) Fuiste casi uno de los pioneros del club ¿Qué motivos te empujaron a iniciarte en el atletismo y sobre todo como fueron tus primeros contactos con la gente del Trotadunas?
-Al principio empecé a correr solo con Felo Negrín, que tú también recordarás aunque ya no esté en el club. Ambos trabajábamos en el Cabildo y por las tardes corríamos un poco. Me presentó después a Paco, Felix, Kiko, Waldemar, y alguno más de los que entonces corríamos por allí, aunque a algunos ya los conocía. Fue cuando ya empecé a correr 4 Kilómetros de ida hasta el aeropuerto y otros cuatro de vuelta. Después vinieron las paellas, esas que hacíamos después de correr hasta Las Salinas, una distancia ya considerable. Las organizábamos sobre la marcha en algún fin de semana y como éramos cuatro gatos siempre nos poníamos de acuerdo rápidamente. Recordarás nuestras charlas durante las paellas, cuando empezábamos a hacer planes para volar más alto: “…que si corrimos 14 kilómetros, también podríamos con una media maratón…, que deberíamos buscar un local donde reunirnos (la constante obsesión de Felo)…, que deberíamos federarnos…, etc., etc…”. De todo eso y mucho más hablábamos mientras compartíamos comida y unos cuantos quintillos. Fue entonces cuando me propuse ceder el local de León y Castillo para nuestras reuniones, y que en la actualidad sigue siendo la sede del club. En esas carreras se creó tal espíritu de compañerismo que para mí fue el origen de todo lo que vendría después. Una amistad que ahí sigue y muy viva…
4) Deportivamente hablando eres un hombre muy polifacético, por eso me veo obligado a hacerte esta pregunta. ¿Disfrutas más corriendo, pedaleando en bici, jugando un partido de futbol, o en una partida de Bola Canaria?
-Por orden de preferencia sin duda que en primer lugar están las carreras. Actualmente me encanta correr por donde sea y como sea. Después viene el futbol que es un deporte que casi todos lo hemos disfrutado desde niños. Inclusive de joven jugué en el Herbania y en el Unión Puerto, y ya de veterano en el Charco y actualmente, cuando me dejan, en el Ferralla. La bola Canaria la practiqué en plan amistoso con algunos amigos algún sábado o domingo mientras nos tomábamos unas cañas. Aunque es un deporte muy nuestro y muy arraigado en la isla nunca surgió la oportunidad de jugar en un equipo federado. En ciclismo, y concretamente en nuestra sección del Trotabike, me apunté más por hacer piña con el equipo que por otra cosa. Antes nunca había sido de coger mucho la bici. Lo hice casi por compañerismo y ahora es cierto que lo pasamos muy bien cada vez que hacemos salidas por la isla. Y a pesar de no ser uno de mis deportes favoritos también ya participé en una prueba muy emblemática en Canarias como es la Fudenas que se celebra en nuestra isla.
5) ¿Porque recomendarías este deporte a los jóvenes? ¿Y a los mayores?
-Recomendaría que lo practiquen siempre y que empiecen de muy jóvenes. El deporte crea valores, ayuda a superarse, da bienestar, y sobre todo para os jóvenes les ayuda a evitar que se metan en malos rollos y a alejarlos de los peligros que acechan a unas edades donde aún no tienen nada claro que quieren hacer con sus vidas. Y por supuesto a los mayores recomiendo que lo practiquen a cualquier edad y con moderación. Eso les ayudará a mantener alejadas muchas enfermedades, a tener nuevas ilusiones y a sentirse más felices.
6) Ya sabes que lo principal del club es participar. Lo demás viene por añadidura. Inclusive en el equipo hay unos cuantos que les preocupa poco en que puesto entrarán en meta, siempre y cuando lo hagan por delante de ti. ¿Eres el objetivo a batir? ¿O el revulsivo que necesitamos algunos para correr más?
-Como sabes eso deriva de los pequeños piques que nos gastamos entre algunos, cosas sanas y sin maldad. Sobre todo hay un pique gracioso que tengo con Félix y que empezó hace mucho tiempo. Creo que fue en una Wine Run cuando entré en meta caminando, pues mis fuerzas ya no daban para más, y Félix me pasó justo antes de la llegada. Esto se acentuó más tarde en una media maratón de las Dunas en el último avituallamiento, el de la duna grande que está muy cerca de los hoteles. Cuando llegué ahí no podía ni con mi alma. Creo que estaban conmigo Olegario y Kiko y me sentía tan mal que por mi cabeza se cruzó la idea de abandonar. Entonces fue cuando los compañeros me avisaron de que Félix venía detrás. Enseguida dejé el vaso con la bebida isotónica y me puse a correr como un loco con tal de que no me alcanzase. Hice los últimos kilómetros como se me persiguiera el diablo y entré en meta por delante de él. Desde entonces intentamos entrar delante uno del otro, lo que no impide que si alguno se lesiona el otro se queda con él hasta que recibe ayuda. En realidad lo hacemos más para reírnos después y gastarnos bromas que por el hecho de ganarle al compañero.
7) ¿Cuál es el deportista, que más admiras? Explícanos porqué.
- Del atletismo admiro al alguien muy cercano, lo tenemos aquí en la isla vecina: nuestro Olímpico José Carlos Hernández. Admiro su afán de superación y su constancia. A veces no damos valor a lo que tenemos tan cerca, algo tan nuestro. Y del futbol a Maradona por sus dotes futbolísticas y naturalmente a Mesi por lo mismo. Y espero que no se molesten mis amigos del Real Madrid…
8) Una vez te escuché decir que en las carreras se disfruta, pero que también se sufre. Creo que todos estamos de acuerdo contigo, e inclusive hasta podríamos añadir que en los entrenamientos sucede casi lo mismo. Siendo así ¿porque seguimos corriendo?
-Porque a los que nos gusta correr lo hacemos por afición y porque también sabemos que nada se consigue sin esfuerzo y a veces con sufrimiento. Pero cuando terminas las carreras sientes que el esfuerzo y el sacrificio han valido la pena y que al compartirlo con los amigos y compañeros todo el sufrimiento se hace más llevadero. Recuerdo de mi primera media maratón en Madrid, creo que allá por el 2010, el haberla corrido con los dos abductores rotos. Alguna otra carrera también la terminé bastante mal. En alguna de las dunas me atendieron las asistencias en meta pues tuve un principio de desfallecimiento al entrar. Son gajes del oficio, como se suele decir. Y después hay una frase de mi autoría que siempre suelo repetir y de la que me siento orgulloso, pues hasta el socio más novato ya se la repite. Dice: “El que corre diez también corre veinte”. Pienso que todo es cuestión de proponérselo y prepararse. Y yo soy un buen ejemplo de ello, pues como ya dije al principio corría muy poco o casi nada.
9) Háblenos de quien ha influido positivamente en tu vida con su ejemplo.
- Mi padre fue sin duda una de las personas que me marcaron y cuyo ejemplo de honestidad y trabajo he intentado seguir en toda mi vida. Era marinero y se podía tirar tres meses faenando sin volver a casa, pero sus regresos eran una alegría para mí, mi madre y mis hermanos. Todos nos sentíamos y nos sentimos muy orgullosos de él. Sus consejos y su ejemplo me ayudaron a ser el hombre que soy hoy en día.
10) Te has hecho un viajero empedernido desde que estás en el club. El “Marco Polo” del Trotadunas te podríamos llamar. Has estado en Lisboa, Paris, etc., sin contar las innumerables ciudades de España que también has recorrido, pero hay un destino sobre el que más de uno nos hemos preguntado que se te había perdido allí. ¿Qué hacía un majorero entre las nieves de Laponia?
-Sí, la verdad es que gracias al club, y a las amistades que hice, pude viajar a bastantes sitios, quizá algo impensable si no estuviera en él. Lo de Laponia fue algo novedoso pues nunca antes había visto tanta nieve junta. Fui con Paco y Esperanza y al principio iba algo asustado. Pero al segundo día era como si estuviera en mi tierra, me adapté tan rápido que hasta el guía se asustó por mis ímpetus de caminar por la nieve. Con otro español, que era del sur de España y se llamaba Fernando, nos pusimos a caminar y cuando llegó el grupo nos dieron un buen rapapolvo por no haberlos esperado. En fin, que fue una experiencia extraordinaria y también todos los demás viajes lo fueron. El último fue una caminata por las Dolomitas, que como sabes es una cadena montañosa de Italia, y también fui con Esperanza. En todos los viajes se disfruta y se asimila muchísimo y también se aprende a respetar las costumbres y la cultura de todos esos sitios.
11) Gregorio, ¿qué entiendes por “Tenacidad”? ¿Crees que es algo que debe ir muy unido al deporte?
-Por tenacidad entiendo constancia, valor, ánimo en los días menos buenos. Fuerza para continuar aunque todo parezca desfavorable. Algo que evidentemente va muy unido al deporte, pues para conseguir alcanzar una meta hay que ser muy tenaz, entre otras muchas cosas, claro. El que renuncia a las primeras de cambio difícilmente logrará sus objetivos.
12) Recuerdo una foto de grupo que nos hicimos en un asadero en tu casa de Ampuyenta. Dicen las malas lenguas que la idea de formar la sección de triatlón en el Trotadunas empezó cuando alguien se cayó a la piscina, pues para sacarlo nos dimos cuenta que a alguno le hacían falta unas cuantas clases de natación. ¿Es cierto, o esa idea ya venía de antes?
-No sé si Ana se va a enfadar conmigo por descubrir este secreto tan bien guardado, pero la inductora del chapuzón a Waldemar fue ella. Me hizo unas señas y yo le seguí la bromita como si fuera un niño malo. Recuerdo que el asadero era para celebrar los trofeos que habíamos conseguido en la carrera de Ajui a las Playitas de cerca de 40 kilómetros. Inclusive ustedes los de la Junta hicieron un podio simbólico y nos volvieron a entregar allí los trofeos. Si mal no recuerdo yo había quedado primero en mi categoría, Waldemar segundo en la suya, Ana y Bricio también en las suyas y creo que había algunos podios más. Pero volviendo a lo de la piscina, es cierto que Waldemar acabó empapado y no necesariamente como un elegante delfín, ya que para salir tuvimos que sacarlo entre varios. Después me asusté un poco porque se había caído con el teléfono, con la documentación y hasta con un pagaré, del que me dijo al día siguiente que por haber caído a la piscina los importes se veían mejor. ¡Cosas de Waldemar! Se lo tomó con buen humor y nos reímos bastante. Y sí, creo que fue ese día cuando decidisteis fundar la sección de triatlón al ver la “elegancia” y su forma de nadar…
13) Primero llegaste tú al club y ahora ya tienes a media familia asociada al Trotadunas. ¿Crees que el club es como una prolongación de nuestras propias familias?
-Sí, es cierto. Está mi hija Raquel que se dedica más a la bici y Janey mi otro hijo que también se hizo socio del club y participa en carreras. Debo recalcar que yo no les dije nada ni les presioné para que se apuntasen al club, pues ambos ya son mayorcitos para decidir por sí mismos. Quizá mis años en el club debieron de haber influido algo, pues ambos asistían a muchos eventos conmigo y el buen ambiente terminó por decidirlos definitivamente Por otra parte, y como no podía ser menos, me siento feliz por tenerlos aquí en este club y espero que su presencia también aporte algo al club para que este siga creciendo en todos los sentidos y cada día más.
14) ¿Con que qué momento más agradable te quedarías de todos estos años vistiendo la camiseta roja de la cabra?
-Son tantos los momentos que se me haría dificilísimo destacar alguno por encima de los demás. Solo te digo que en mis recuerdos siempre estarán muy vivos esos instantes y el compañerismo vivido a lo largo de todos estos años y creo que eso es lo mejor que se puede decir de este club. Años de muchas alegrías y grandes emociones que nunca olvidaré y que solo deseo que prosigan en el futuro.
15) Si has leído las entrevistas anteriores, y me consta que sí, ya sabes que esta es una pregunta que te toca hacer a ti. Puede ser del tema que más te apasione o del que más detestes. Así que te dejo la iniciativa, hazte la pregunta y contéstala también.
-Hay una pregunta que lleva años dando vueltas en mi cabeza, y es la siguiente: ¿Para cuándo una carrera alrededor de la isla?
Algo así como la que se hace en kayak, pero por tierra. Inclusive se podían seguir rutas cercanas o paralelas a los acantilados por donde discurre esa prueba náutica. No solo podría ser una prueba interesante también creo que se consolidaría fácilmente. Pero como comprenderás no está en mis manos responderla. Pásasela a los políticos responsables y a ver que nos contestan. Mi idea ahí queda…
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Hemos dejado que nuestro hombre tranquilo terminara su café, mientras intentábamos poner en orden nuestros apuntes. Y nuestro majorero internacional, capaz de adaptarse rápidamente a cualquier clima o al ambiente más variopinto, permaneció unos instantes apegado a su silla como el cardón al macizo, pero en su mirada se reflejó también el recio vuelo de la avutarda a la que quizá pensaba seguir emulando en sus vuelos. ¿Un viaje hacia nuevos descubrimientos y nuevos retos? Después de Paris, Lisboa, Laponia, Las Dolomitas y tantos otros lugares, sentíamos curiosidad por saber cuál sería su próximo destino, pero decidimos no preguntárselo y dejarlo para una próxima ocasión. Fuera lo que fuese que estuviese cavilando para el futuro, estamos seguros que no se aburrirá porque su curiosidad no tiene límites. Emprender aventuras que a la partida nos parecerán imposibles a los simples mortales no será impedimento suficiente para frenar a alguien como él, pues si analizamos sus comienzos, cuando nadie daba un duro por él como corredor y comprobamos sus logros posteriores, ya nadie podrá dudar de que su constitución física y mental esté formada de una pasta distinta. La que le ha llevado a atreverse con varias medias maratones, con una maratón e inclusive con una Fudenas. Porque todos sabemos que una cosa es proponerselo y otra muy distinta conseguirlo. ¡Siempre que no hablemos de Gregorio, claro está! Pero lo que más destaca en él, por encima incluso de su enorme afán de superación, es que sabe ejercer como buen amigo. El que siempre estará ahí cuando se le vaya a necesitar, y de eso podemos dar fe. Quizá su espíritu aventurero solo pretenda emular las ausencias prolongadas de su progenitor y del que heredó parte de su carácter afable y responsable. Pero de lo que nadie duda en el club es de su enorme compromiso con los Trotadunas, club que en parte es lo que es gracias a tantas personas como él.
¡Gracias, Gregorio!

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