(26/10/2018).
Reconozco que hoy, antes de que Bruno responda a nuestras preguntas, siento una ligera inquietud. Dos son los motivos. El primero por ser hombre versado en leyes que se las sabe todas, y, el segundo por el temor de que nuestro vicepresidente, como buen político que es, caiga en la tentación de revestir sus respuestas de excesivos formalismos o, aún peor, que decida extenderse en ellas haciéndolas prácticamente indescifrables para el común de los mortales, debido a esa astucia propia de los de la clase política que consiste, a veces, en decir mucho para terminar no diciendo nada. Intentaremos, pues, que responda a nuestras cuestiones de forma breve (ya saben lo que dice aquél refrán muy español: lo bueno, si es breve, dos veces bueno), y de una manera bastante diáfana y entendible, como en tantas otras ocasiones anteriores en las que hemos coincidido alrededor de la mesa de algún café, y disfrutado de una charla informal entre amigos. Digo esto curándome en salud, pero acaso juegue a nuestro favor su especial sentido del humor, una característica suya que nunca dejará de sorprendernos, y que, puesta en el plato contrario de la balanza, posiblemente la incline favorablemente del lado del lector, terminando éste por disfrutar de un rato agradable. Esa es nuestra intención, pero sí así no sucede la culpa no será suya, sino del entrevistador que no habrá sabido sacarle todo el jugo a tan insigne personaje. Pero mejor será que no adelantemos acontecimientos y pasemos a la acción….
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1- Bruno, ¿cómo una persona tan absolutamente ajetreada como tú decide entrar en la actual Junta del club?
-Pues la verdad, que fue una pequeña encerrona entre Paco Sendín y Leti. Yo había ido con toda la buena fe del mundo a la junta de socios en la que se iba a elegir a la nueva directiva -simplemente como socio-, y salí como miembro de la junta, así, sin anestesia ni nada.
2- ¿Qué te parece nuestro conocidísimo eslogan: “La vida es maravillosa”?
-Pues cierto, la vida es maravillosa y aunque sea por que solo tenemos una, hay que vivirla.
3- Cuéntanos qué lugar ocupó el deporte en tu juventud.
-La verdad es que al menos para los deportes “habituales” era bastante calamidad. Era de los que elegían en último lugar. En cambio, el balonmano y voleibol era lo contrario, se me dan bastante bien, pero nunca llegué a jugar federado. También practiqué natación de pequeño, y finalmente, jugué al rugby en la universidad.
4- ¿Hay algo que desconocías del atletismo y que te ha sorprendido descubrir?
-Todo. Cada vez que empiezas algo nuevo, hay un mundo por descubrir. Técnica, material, personas, lesiones, alimentación...
5- Todavía queda gente que afirma: “correr es muy aburrido”. ¿A ti que te parece y que les dirías a esas personas?
-Yo pienso que nadar es aburrido, jajajaja. Les diría que al menos probasen alguna vez participar en alguna carrera popular y disfrutasen de ese ambiente.
6- ¿Nos recomendarías algún sitio especial donde llevar al equipo a participar en una prueba?
-Pues no estaría mal aportar nuestro granito de arena en la carrera de “Ponle freno”, por ejemplo.
7- Descríbete con una sola frase.
-Como escribió Antonio Machado: “soy, en el buen sentido de la palabra, bueno “.
8- ¿El niño que fuiste quiso ser el adulto que eres?
-En parte si, quizás no lo que había soñado de niño profesionalmente, pero a nivel persona, me parezco bastante.
9- ¿Y a quién debes estar agradecido por ser lo que eres?
-¡Jajajajaja!, cuando oigo eso me acuerdo de Pedro Almodóvar en los Oscar… Pues todas las personas con las que te tropiezas en la vida de dejan huella, de hecho, ayer me tropecé con una señora y le dejé marcada la camisa con el café, jajajaja. Por una parte, como no, mis padres, son tu primer contacto con el mundo y, quieras que no, de ellos sacas mucho, también algunos profesores y en el otro sentido, gente que encuentras y piensas “¡no quiero ser como tú!”.
10- ¿Cuál es tu comida preferida?
-Ufff, soy muy bueno de boca, entre mis amigos tengo fama de comer de todo. Reconozco ser más de carne que de pescado, por ejemplo, pero me encanta el sushi.
11- Te vas de cena con cualquier personaje histórico, ¿a quién elegirías y por qué?
-Pues no sabría por quién decidirme: Jesuscristo, Lee Harvey Oswald, Eisenhower...
12- Tienes 5 segundos para un deseo, así, a bote pronto ¿qué pedirías?
-Que mi familia tenga salud.
13- Aprovecho para hacerte una pregunta sobre una seña de identidad muy conectada con tu día a día: ¿Por qué los abogados lleváis toga? ¿En que se distinguen las de los jueces o magistrados?
-Las formas son muy importantes en general y también en derecho, las togas, como el estrado, nos distinguen del resto de personas, son señal de distinción y prestigio, como la bata del médico o los galones de un militar.
La distinción con la de jueces y fiscales son las puntillas y puñetas de las mangas y el escudo. La del abogado es lisa. Provienen de una especie de uniforme que instauró creo que Felipe IV para funcionarios de alto rango, pero no me acuerdo.
14- Tu como atleta que también eres, ¿crees que los políticos (sobre todo los que tienen responsabilidades de gestión) hacéis todo lo que está en vuestras manos en favor del deporte? ¿Se puede hacer mucho más?
-Siempre se puede hacer mucho más. Evidentemente el dinero es importante, pero no sólo hay que tenerlo, hay que usarlo. Por más que presupuestes dinero, si no lo ejecutas, es decir, si no haces lo previsto, de nada ha servido. También se puede ser más flexible y más receptivo a nuevas ideas.
15- Para finalizar:
Una pintura:
-El Jardín de las delicias, de El Bosco.
Un libro:
-Por lo que me sorprendió, Cien años de Soledad. Lo cogí como último remedio y fue un hallazgo.
Una película:
-Enemigo a las puertas
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Al final, curiosamente, nos supo a poco, pues nos hubiera gustado seguir indagando sobre la interesante vida de nuestro personaje, pero hasta aquí hemos llegado. También creemos, sinceramente, que nos ha facilitado la suficiente información como para permitir conocerlo un poco mejor, y, lo que es más importante (sobre todo para quien lo entrevistó, y se le agradece), se ha explayado de una forma pausada, clara, muy concisa y entendible (tal como le pedíamos), contradiciendo nuestros temores del principio, que es el riego que se corre cuando damos ciertas cosas por sentado. Despedimos con un hasta breve a un hombre “bueno” que parafrasea a Machado, una grata sorpresa, sin duda, y lo hacemos con otra reflexión del ilustre poeta que él tanto admira: “Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas”. A buen entendedor sobran las palabras para adivinar donde se sitúa nuestro buen amigo Pérez.
¡Muchas gracias, Bruno!